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5/10/2020

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Rodrigo Ángel Astorga - Ingeniero de Operaciones

 
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Desde NHEO Instituto conversamos con Rodrigo Ángel Astorga, Ingeniero Civil Industrial, Máster en Investigación en Ingeniería Civil, Doctorando en Ingeniería Civil, residenciado en Santiago de Chile (Chile), quien compartió con nosotros sus impresiones acerca de la industria de la construcción ante la pandemia.
Rodrigo Ángel, ha trabajado en proyectos de alta demanda logística como aplicaciones censales, modelos de transporte y rutas optimas, ha desarrollado proyectos singulares de gestión e innovación para la industria de explotación de recursos naturales, trabaja en el área de ingenieria desde el 2007.
La construcción ha sido considerada esencial. Sin embargo, muchos alcaldes han ordenado congelar la construcción. ¿Está tu empresa continuando con los negocios como de costumbre?
​
Muchas empresas con las que trabajamos, han debido adecuar protocolos y medidas para mantener sus operaciones activas a una tasa muy baja de productividad, llegando a operar con no más de un 5% de su personal y solo para actividades que estén asociadas a la ruta crítica del cronograma, también podemos evidenciar la existencia de plazos y fechas de vigencia de los permisos que proporcionan las diferentes alcaldías.

Lo que en general ponen en muchos casos al sector entre la espada y la pared, al no existir un protocolo que acompañe estas incidencia provocadas por el carácter de excepción de la situación sanitaria.

Esta pandemia ha sido difícil para muchos, ¿Podrías contarnos sobre los impactos financieros de la crisis COVID-19 en la industria de la construcción y cómo ha afectado a los trabajadores?
​

En mi opinión, el COVID-19 ha pasado a ser la punta del iceberg, es claro que llevamos más de un mes con las actividades productivas operando con el mínimo o nulo recurso humano producto del riesgo de contagio en la movilidad de los trabajadores.

Anteriormente nos hemos visto enfrentado a situación con mayor escala de siniestralidad y número de personas fallecidas, ejemplo de esto son otros eventos catastróficos como terremotos, tsunamis, huracanes o los incendios sufridos la temporada anterior, la diferencia con esta pandemia es la localidad de dichos eventos, solo afectaban a una región y sector de la población dentro de un país.

Sin embargo esta crisis sanitaria a tocado la puerta de todo el planeta, interrumpiendo abruptamente las cadenas de suministro no solo de un país, sino ya del planeta, ya podemos evidenciar todos los complejos escenarios logísticos que ha debido enfrentar el movimientos de equipos e insumos médicos, que son considerado prioridad por los diferentes gobiernos, es inimaginable, el proceso necesario para mover el cobre extraído en Chile a Metalúrgicas China y luego volver a trasladar estos productos a clientes de todo el mundo como destino.

Ahora como mencione al inicio esta crisis sanitaria es solo la punta del iceberg, ya que subyace bajo la misma, una escalofriante crisis financiera que ha comenzado a evidenciarse con el increíble incremento de la deuda publica emitido por diferentes bancos centrales, adquiriendo a cambio derivados tóxicos, la caída estrepitosa del precio del petróleo crudo, el impacto en las aerolíneas a nivel global, llevando al borde de la quiebra a la mayoría, estos quieras o no, va a impactar en el rubro de la construcción, la falta de liquides y capacidad de deuda de la población, indudablemente para caer la demanda por inmuebles, a su vez por espacios comerciales y los gobiernos en orden a atender las emergencias de una población carente de recursos, deberá congelar planes de obras públicas, que son de alto coste en su mayoría para comenzar a atender estas demandas.

Los trabajadores no dejan de ser parte de la población y al igual que en muchos otros sectores indudablemente se verán afectados en su economía por esta situación.

Sin embargo soy optimista del futuro, la economía tal como le conocemos indudablemente va a cambiar, pero es evidente que la economía no la conforma un presidente de un país o un partido político, ni siquiera un puñado de empresarios, somos nosotros como sociedad en su conjunto quienes la desarrollamos, para generar valor, impuestos y desarrollo de nuestros países, así también somos parte de la solución.

¿Cuáles son algunas potenciales oportunidades vistas ahora que casi todos está trabajando desde casa?

Ha significado un cambió en el paradigma, que se veía resistiendo por nuestra cultura laboral, ya se evidenciaba con la nuevas generaciones que esta rutina de llegar una oficina a una determinada y salir a otra en donde solo estuviste realizando un trabajo la mitad o menos de ese tiempo es absurdo, muchas grandes compañías ya venían implementando el uso de tecnologías para el teletrabajo.

Sin embargo para el sector de la construcción aun no contamos con la tecnología necesaria para implementar de manera eficiente un sistema de teletrabajo, ya que requiere de la presencia de los trabajadores para desarrollar la actividad en casi todo el ciclo del proyecto, si bien las etapas de coordinación, presupuestos, elaboración de planos y todo lo relacionado a lo administrativo se puede llevar en alguna medida desde nuestras propias casas, con el teletrabajo, no se pueden tele-pegar ladrillos.

​Si pensamos en un futuro aun no existente como cuál novela de Isaac Asimov, podríamos pensar en que disponemos de máquinas o robots que pueden ser teleoperadas a distancia. Sin embargo hoy en día lo cierto es que no disponemos de dicha tecnología, al menos no masificada.

¿Cómo se ve tu empresa adelantándose a la curva, después de abordar los problemas de salud y demora del proyecto y, cómo ¿Ves el futuro de la construcción?

Respecto a mi compañía que dicho sea de paso es pequeña lo que nos permite movernos con agilidad dentro del mercado, no hemos sufrido incidencia relacionada con la salud de nuestros colaboradores al día de hoy, establecimos tempranamente protocolos de autocuidado y mantuvimos la operación prácticamente a distancia desde finales de febrero, si hemos sufrido algunos retrasos en los proyectos que veníamos desarrollando, generalmente atribuidos a demoras en las entregas de productos e importación de bienes, pero ya se habían tomado las medidas y se les había comunicado a los clientes estos contratiempos que dada la contingencia actual no tendría otra cabida sino que la excepción.

Respecto al futuro de la construcción es una respuesta variopinta, este mercado es tremendamente heterogéneo, posees desde equipos que construyen cabañas en algún lugar distante de los centros urbanos, hasta empresas enormes que construyen represas y miles de kilómetros de carretera.
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El futuro llegara en diferentes formas y situaciones para cada sector, si puedo evidenciar que el impacto será de mayor profundidad en las grandes compañías, debido que su propia estructura posee una menor flexibilidad que una pyme, que logra adaptarse fácilmente a nuevos desafíos, el futuro es un siempre un escenario incierto, pero lo que es seguro es que el sector de la construcción es fundamental para el desarrollo de la sociedad, antes, durante y posterior a la crisis sanitaria provocada por el COVID-19.

Entérate cómo el COVID-19 ha impactado en la construcción y cómo desde NHEO Instituto estamos preparados para ayudar.
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